miércoles, 21 de enero de 2015

Su rostro. El mapa del alma



Por: Pablo Godínez de la Cruz

Rostro afable, agradecido por la hermosura que Dios le ha provisto, con proporción lleno de encanto, de ternura, que saca lo mejor de si para mostrarse optimista; no encerrándose para tener pasión y determinación.

Rostro que se ofrece a los ojos como un cuadro de hermosura y de tranquilidad, que sobresale entre viñedos y jardines, como de entre verdes laderas, volviéndose en verdor de verano.

Que se hierge firme ante el sol; en el pétalo de la aurora, para ir al encuentro del crepúsculo; que en la cúspide de su vida, hace surgir la espontanea escritura, donde el ropaje de la adulación viste al verbo.

Hace sentir la lluvia en el alma y el horizonte en los ojos, como flor prometida al viento, moldeado con la pluma del quetzal, en las verdes ramazones de esperanza, en el vigor de su amplio paisaje, como queriendo detener la luz.




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